Hubo alguna vez algo que se llamó rock y que mutó en diversas formas. Hay quienes dicen que ha muerto. Razones para decirlo no les faltan porque está en verdad algo famélico. Sin embargo, algo ronda por mis neuronas hace tiempo: Babasónicos es una de las últimas bandas de rock- pausa para esperar los insultos, los botellazos y demás agresiones.
Hablo de rock más allá de lo estrictamente musical. Hablo del estilo como catalizador de lo que pasa alrededor. El rock siempre ha sido un estilo musical que pone en evidencia, que descorre las telas de lo que nos rodea. Alguna vez fue Spinetta a través de la poesía, otras veces exponentes con estilos más directos pero todos haciendo caer máscaras. Contándonos la época en la que vivimos.
Siempre pensé que un grupo musical es valioso artísticamente cuando, luego de un tiempo, podemos ver que nos estaba dando una visión de la época: lo que se llama vanguardia. Nada más recordar Octubre de los Redondos o Manos Vacías de los Caballeros de la Quema o las canciones de Virus y alguna época de Divididos allá por los 90. Hoy Babasónicos es el grupo que nos cuenta lo que veremos en el futuro.
Un apagón sentimental
Federico Moura, quizá sin saber, cargó el ADN del futuro en aquella frase de Imágenes Paganas. La década de los 90 no dejó solamente empresas quebradas, desempleo, frivolidad y corrupción endémica: el apagón se ha producido. Una fuga de luces en las almas, en el amor, en la voluntad, en la experimentación con las drogas. Y eso nos cuenta en muchas de sus letras Adrián Dárgelos. Sobre todo en ese disco crucial que es Anoche, en donde todo aparece como un esfuerzo de memoria fragmentada en la resaca de la mañana siguiente.
Entonces Babasónicos nos larga el manifiesto en Así se habla:
Entonces luego el corte y el paso de track nos invitan a casi una suite conformada por Carismático y Yegua.
Hubo tiempos en que los Timothy Leary vernáculos se diseminaban por los barrios de Buenos Aires pregonando la experiencia alucinógena. El Buenos Aires de los 80 se pobló de esos personajes. Hoy parece haber cambiado. Las drogas de diseño están para quedarse y la “noventosa” cocaína aún hace estragos. Entonces Dárgelos nos cuenta la história de Carismático:
como yegua derramaba su esplendor
eramos salvajes
sin frenos para el amor
y en la misma fantasía,
se fundía y se reía de los dos.
Hablo de rock más allá de lo estrictamente musical. Hablo del estilo como catalizador de lo que pasa alrededor. El rock siempre ha sido un estilo musical que pone en evidencia, que descorre las telas de lo que nos rodea. Alguna vez fue Spinetta a través de la poesía, otras veces exponentes con estilos más directos pero todos haciendo caer máscaras. Contándonos la época en la que vivimos.
Siempre pensé que un grupo musical es valioso artísticamente cuando, luego de un tiempo, podemos ver que nos estaba dando una visión de la época: lo que se llama vanguardia. Nada más recordar Octubre de los Redondos o Manos Vacías de los Caballeros de la Quema o las canciones de Virus y alguna época de Divididos allá por los 90. Hoy Babasónicos es el grupo que nos cuenta lo que veremos en el futuro.
Un apagón sentimental
Federico Moura, quizá sin saber, cargó el ADN del futuro en aquella frase de Imágenes Paganas. La década de los 90 no dejó solamente empresas quebradas, desempleo, frivolidad y corrupción endémica: el apagón se ha producido. Una fuga de luces en las almas, en el amor, en la voluntad, en la experimentación con las drogas. Y eso nos cuenta en muchas de sus letras Adrián Dárgelos. Sobre todo en ese disco crucial que es Anoche, en donde todo aparece como un esfuerzo de memoria fragmentada en la resaca de la mañana siguiente.
Entonces Babasónicos nos larga el manifiesto en Así se habla:
Será tu educación cristiana
que ves fantasmas en todas partes
será tu adversión social
lo que te aleja de los bares
vamos quiero una explicación
será tu condición racial
o tu lugar de privilegio
será trabajar cabrón
para ganar como un pendejo
vamos quiero una explicación.
que ves fantasmas en todas partes
será tu adversión social
lo que te aleja de los bares
vamos quiero una explicación
será tu condición racial
o tu lugar de privilegio
será trabajar cabrón
para ganar como un pendejo
vamos quiero una explicación.
Entonces luego el corte y el paso de track nos invitan a casi una suite conformada por Carismático y Yegua.
Hubo tiempos en que los Timothy Leary vernáculos se diseminaban por los barrios de Buenos Aires pregonando la experiencia alucinógena. El Buenos Aires de los 80 se pobló de esos personajes. Hoy parece haber cambiado. Las drogas de diseño están para quedarse y la “noventosa” cocaína aún hace estragos. Entonces Dárgelos nos cuenta la história de Carismático:
Me pareció ver dos payasos
con cara de susto cerrando el local
disimulá, llevan los trajes puestos
van para el circo a buscar los camellos.
Lucen un poquito espantados
salidos de un cuadro
que se esta por borrar
disimula, que estan muy transpirados
llevan un balde con papel picado.
Tengo que aprender a fingir mas, y a no mostrar lo que siento
Tengo que aprender a fingir mas, y a pilotear lo que pienso.
con cara de susto cerrando el local
disimulá, llevan los trajes puestos
van para el circo a buscar los camellos.
Lucen un poquito espantados
salidos de un cuadro
que se esta por borrar
disimula, que estan muy transpirados
llevan un balde con papel picado.
Tengo que aprender a fingir mas, y a no mostrar lo que siento
Tengo que aprender a fingir mas, y a pilotear lo que pienso.
Será que no hay viaje posible más que la paranoia, el subidón para volver a empezar y el fingir a toda hora. Será que todo no es más que impostura: hasta impostura de la felicidad.
Segunda parte de esta suite: Yegua. El enganche con la frase. “Algunas noches soy fácil. No acato límites.” Es el pasaje perfecto a la exposición de otro apagón: el sentimental.
El cantante nos cuenta la historia del amor frívolo, hueco y circular. Uno que se despojo de carne y sensación justamente subyugando esa carne y ese sentimiento hasta el hartazgo. Algo así como querer cuidar un jardín pisando las flores.
Segunda parte de esta suite: Yegua. El enganche con la frase. “Algunas noches soy fácil. No acato límites.” Es el pasaje perfecto a la exposición de otro apagón: el sentimental.
El cantante nos cuenta la historia del amor frívolo, hueco y circular. Uno que se despojo de carne y sensación justamente subyugando esa carne y ese sentimiento hasta el hartazgo. Algo así como querer cuidar un jardín pisando las flores.
como yegua derramaba su esplendor
eramos salvajes
sin frenos para el amor
y en la misma fantasía,
se fundía y se reía de los dos.
La certeza de que los cables se cortaron y las impulsos no llegan al cerebro. Fundirse en la fantasía y al mismo tiempo reírse. La falta de creencia. La coraza ante todo. El amor vuelto vulgar. Y a través de eso el consigue el “contagio”. Como en un corte de energía vemos como cada ventana va quedándose sin luz.
Con el tiempo fui aprendiendo a ser robot
era progamable en cuestiones del amor
y en la misma fantasía,
me fundía y me reia de los dos.
era progamable en cuestiones del amor
y en la misma fantasía,
me fundía y me reia de los dos.
La profundización de la banalización y luego el consiguiente vacío: el apagón.
Perdido estoy, perdido estoy
perdido estoy, todos saben quien soy.
perdido estoy, todos saben quien soy.
El duede del rock
Quizá uno de los lugares más atacados por la frivolidad ha sido el rock. Eso no queda afuera de las letras de Babasónicos. Entonces tenemos a Pobre Duende, ese casi llanto cariñoso por la muerte del la cultura rock.
Ustedes lo pedían,
ustedes lo querían, ahí lo tienen...
miren lo que han hecho con el duende del rock
miren lo que han hecho con el duende del rock
lo han destrozado,
lo han convertido en una estampa estúpida de sumisión
y desalmado se fue de casa.
Entonces el apagón ataca también en este ámbito. Lo que era el rock como contracultura ha dejado de existir. Ya no se encuentra en los pliegues de la ciudad aquél tesoro en forma de música, carne y voluntad. Lapidario es dárgelos cuando asegura: “el rock no sabe a quien cantarle”. Se ha quedado mudo. Y se fue. Y los que lo ahuyentaron fueron los músicos cortesanos del circo musical, los espectadores asistentes al circo y la prensa que lo promociona.
Al final, cómo hablando desde aquellas luces que se apagan de las que habló Moura, Dárgelos grita increpando:
Al final, cómo hablando desde aquellas luces que se apagan de las que habló Moura, Dárgelos grita increpando:
No Se Que Son Esas Luces
No Se Que Me Hablan De Rock & Roll
Esa Impostura Barata Es Solo Pose e Imitación
Saquense Caretas Callense Profetas
Oigan Un Cometa Gritar
Arrogante Rock
Mierda Se Vienen Las Luces
Y Solo Pienso Que Quiero Mas
Me Dicen Esto Es A Fondo
Pero No Hablo De Velocidad
Saquense Caretas Callense Profetas
Oigan Un Cometa Gritar
Arrogante Rock
No Se Que Me Hablan De Rock & Roll
Esa Impostura Barata Es Solo Pose e Imitación
Saquense Caretas Callense Profetas
Oigan Un Cometa Gritar
Arrogante Rock
Mierda Se Vienen Las Luces
Y Solo Pienso Que Quiero Mas
Me Dicen Esto Es A Fondo
Pero No Hablo De Velocidad
Saquense Caretas Callense Profetas
Oigan Un Cometa Gritar
Arrogante Rock
Claro que hay muchos más ejemplos pero para eso están los discos.
Entonces, eso es lo valioso de Babasónicos. El rock como actitud. La arrogancia, el salto al vacío: el arte en definitiva.
Entonces, eso es lo valioso de Babasónicos. El rock como actitud. La arrogancia, el salto al vacío: el arte en definitiva.
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Tres tiros por un peso